sábado, 14 de noviembre de 2009

EVANGELIO DEL JUEZ Y LA VIUDA

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (18, 1-8)

Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: "En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario'.
Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no me siga molestando' ".
Dicho esto, Jesús comentó:
"Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?"

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Interpretacion sobre las Lecturas

La idea central de la parábola es que los discípulos deben orar siempre y sin desfallecer, con mucha perseverancia. Para ilustrar esta idea Jesús pone como ejemplo el caso de esa mujer viuda y desamparada que se presenta una y otra vez ante un juez caracterizado como inicuo, porque no temía a Dios ni a los hombres. Después de mucho importunarlo, el juez decide hacer justicia a la viuda para que no siga molestándolo. La mujer es caracterizada por su insistencia; nunca deja de ir a pedir al juez que le haga justicia. Pero Jesús no llama la atención sobre la insistente viuda, sino sobre el juez. El punto central de la parábola no está puesto en la perseverancia de la súplica, sino en la seguridad de que ésta será atendida. Nos muestra la forma como Dios procede ante nuestros ruegos. Si aquel juez perverso se dejó convencer por los ruegos de una viuda en virtud de su propio egoísmo, cuánto más nos atenderá Dios, que es un Padre bondadoso. Resaltan en el trasfondo del ejemplo la misericordia y el amor de Dios que nos acoge. Jesús nos interroga por la imagen que tenemos de Dios y nuestra confianza en su acción misericordiosa. Tratemos de responderle con sinceridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario